A veces las cosas no son como parecen: A veces las cosas no son como parecen “Y Yahveh respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni
a lo grande de su estatura, porque ...
lunes, 28 de julio de 2014
domingo, 30 de marzo de 2014
Fe para obtener sanidad
FE
PARA SANIDAD
Yo creo con todo mi corazón
que la voluntad de Dios es sanarnos de todas nuestras enfermedades graves y no
graves.
"El es el que perdona
todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades" Salmo 103:3 . Si somos
consistentes en nuestras creencias,
si creemos en la primera parte de este
versículo, debemos creer también en la segunda.
"Amado, ruego que seas
prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud." 3 Juan 1:2 . Todos
sabemos que el ruego o deseo del apóstol Juan es en realidad el deseo y el
ruego del Espíritu Santo. Dios quiere que tengamos salud. En este versículo
podemos ver que la prosperidad de nuestra alma siempre traerá prosperidad a
nuestras vidas.
El propio sentido común nos
dice que la sanidad es una bendición y que la enfermedad es una maldición, por
supuesto que la Biblia también enseña esto muy claramente. Por tanto ¿Por qué los creyentes NO reciben
sanidad si la sanidad está garantizada en las Escrituras? . . .
He querido llamar a este estudio "FE PARA SANIDAD" porque creo que “el factor fe” es vital si queremos recibir no solamente la sanidad sino cualquier otra cosa de parte de Dios. Hoy en día nuestras comunidades están llenas de "hombres de poca fe", necesitamos meternos en la Palabra de Dios y abrir nuestro corazón para ver lo que enseña la Palabra de Dios.
Muchos cristianos predican en contra de la sanidad y hasta afirman que las enfermedades son una bendición de Dios, esto NO es bíblico y no debemos prestar atención a este tipo de enseñanzas.
Si los cristianos no oyen que la sanidad es para hoy y que está garantizada en la Escrituras, no van a poder tener fe y sin fe no podemos pensar que recibiremos cosa alguna de Dios.
“Pero pida con fe, no dudando
nada;
porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por
el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga,
que recibirá cosa alguna del Señor.” Santiago
1:6-7La fe viene por el oír ¿qué estamos oyendo? ¿Qué informe estamos creyendo? Si nos enseñan que la enfermedad es una bendición ¿por qué voy a orar en contra de ella? ¿Por qué voy a pedir a Dios que quite esta bendición? . . .
"Así que la fe viene del
oír, y el oír, por la palabra de Dios." Romanos 10:17
Queridos hermanos y amigos, "Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto" (Stg. 1:17), la enfermedad NO es una buena dadiva, pero la sanidad SI es una buena dadiva. Retomo la pregunta: ¿Por qué los creyentes no reciben la sanidad? . . . Porque no han desarrollado su fe para recibirla (hay más razones pero en este estudio nos centraremos en esta).
Vamos a ver un ejemplo bíblico:
"¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor; y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados." Santiago 5:14-15
¿Que pasa cuando estamos enfermos en cama y no podemos congregarnos con otros hermanos? ¿Llamamos al doctor o llamamos a los
Este versículo da por hecho
que los ancianos tenían fe para la sanidad del enfermo por eso la Biblia dice "y la
oración de fe",
lamentablemente muchas veces no tenemos fe y nuestras oraciones son de
incredulidad.
Debemos recordar la gran importancia de la fe como podemos ver en las Escrituras: Tu fe te ha salvado (implicando sanidad), . . . y si tuviereis fe . . . y al que cree . . . la palabra de fe . . . el escudo y la coraza de la fe (I Ts. 5:8) . . . caminamos por fe . . . el espíritu de fe. " . . . y la oración de fe restaurará al enfermo" AMEN
PROMESAS
DE SANIDAD PARA TENER FE
“Si escuchas atentamente la
voz del SEÑOR tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus
mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las
enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el SEÑOR, soy tu
sanador.” Éxodo 15:26
“Mas serviréis al SEÑOR
vuestro Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de
en medio de ti.” Éxodo 23:25
“Andad en todo el camino que
el SEÑOR vuestro Dios os ha mandado, a fin de que viváis y os vaya bien, y
prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a poseer.” Deuteronomio 5:33
“Y el SEÑOR apartará de ti
toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de
Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.” Deuteronomio 7:15
“Al cielo y a la tierra pongo
hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte,
la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu
descendencia, amando al SEÑOR tu Dios, escuchando su voz y allegándote a El;
porque eso es tu vida y la largura de tus días, para que habites en la tierra
que el SEÑOR juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.” Deuteronomio 30:19 y 20
“Este libro de la ley no se
apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de
hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino
y tendrás éxito.” Josué 1:8
“. . . y se humilla mi pueblo
sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de
sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré
su tierra.” 2 Crónicas 7:14
“El SEÑOR es mi pastor, nada
me faltará.” Salmo 23:1
“Oh SEÑOR, Dios mío, a ti pedí
auxilio y me sanaste.” Salmo 30:2
“Muchas son las aflicciones
del justo, pero de todas ellas lo libra el SEÑOR.” Salmo 34:19
“No te sucederá ningún mal, ni
plaga se acercará a tu morada.” Salmo
91:10
“. . . lo saciaré de larga
vida, y le haré ver mi salvación.” Salmo
91:16
“Bendice, alma mía, al SEÑOR,
y no olvides ninguno de sus beneficios. El es el que perdona todas tus
iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; el que rescata de la fosa tu
vida, el que te corona de bondad y compasión . . .” Salmo 103: 1-3
“El envió su palabra y los
sanó y los libró de la muerte.” Salmo
107:20
“El SEÑOR edifica a Jerusalén;
congrega a los dispersos de Israel; sana a los quebrantados de corazón, y venda
sus heridas.” Salmo 147:2 y 3
“Hijo mío, no te olvides de mi
enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos, porque largura de días y años
de vida y paz te añadirán.” Proverbios
3:1 y 2
“No seas sabio a tus propios
ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal. Será medicina para tu cuerpo y
refrigerio para tus huesos.” Proverbios
3:7 y 8
“Hijo mío, presta atención a
mis palabras, inclina tu oído a mis razones; que no se aparten de tus ojos,
guárdalas en medio de tu corazón. Porque son vida para los que las hallan, y
salud para todo su cuerpo.” Proverbios
4:20-22
“Pues por mí se multiplicarán
tus días, y años de vida te serán añadidos.” Proverbios 9:11
“El temor del SEÑOR
multiplica los días, mas los años de los impíos serán acortados.” Proverbios 10:27
“No seas demasiado impío, ni seas necio. ¿Por
qué has de morir antes de tu tiempo?” Eclesiastés
7:17
“El da fuerzas al fatigado, y
al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.” Isaías 40:29
“Fue despreciado y desechado
de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de
quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos.
Ciertamente El llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con
todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Mas El
fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El
castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados.”
Isaías 53:3-5
“Sáname, oh SEÑOR, y seré
sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.” Jeremías 17:14
“Porque yo sé los planes que
tengo para vosotros"--declara el SEÑOR-- "planes de bienestar y no de
calamidad, para daros un futuro y una esperanza. Me invocaréis, y vendréis a
rogarme, y yo os escucharé. Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis
de todo corazón.” Jeremías 29:11-13
“. . . he aquí, yo le traeré
salud y sanidad; los sanaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
Restauraré el bienestar de Judá y el bienestar de Israel y los reedificaré como
eran al principio.” Jeremías 33:6 y 7
“Pedid, y se os dará; buscad,
y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” Mateo
7:7
“Pues si vosotros, siendo
malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?” Mateo 7:11
“Y al atardecer, le trajeron
muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos
los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del
profeta Isaías cuando dijo: EL MISMO TOMO NUESTRAS FLAQUEZAS Y LLEVO NUESTRAS
ENFERMEDADES.” Mateo 8:16 y 17
“Y al desembarcar, vio una
gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos.” Mateo 14:14
“Todas las cosas son posibles para el que
cree.” Marcos 9:23
“. . . todas las cosas son
posibles para Dios.” Marcos 10:27
“Por eso os digo que todas las
cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán
concedidas .”
Marcos 11:24
“Y estas señales acompañarán a
los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas
lenguas; tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les
hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien.” Marcos 16:17 y 18
“Porque ninguna cosa será
imposible para Dios.” Lucas 1:37
“EL ESPIRITU DEL SEÑOR ESTA
SOBRE MI, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES. ME HA
ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y LA RECUPERACION DE LA VISTA A
LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS; PARA PROCLAMAR EL AÑO
FAVORABLE DEL SEÑOR.” Lucas 4:18 y 19
“Reuniendo a los doce, les dio
poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. Y los
envió a proclamar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.” Lucas 9:1 y 2
“Mirad, os he dado autoridad
para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo,
y nada os hará daño.” Lucas 10:19
“. . . yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia.” Juan
10:10b
“En verdad, en verdad os digo:
el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores
que éstas hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo
haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi
nombre, yo lo haré.” Juan 14:12-14
“Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.” Juan 15:7
“El da a todos vida y aliento y todas las
cosas . . .” Hechos 17:25
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según
lo que está escrito: CREI, POR TANTO HABLE, nosotros también creemos, por lo cual
también hablamos . . .” 2 Corintios 4:13
“Jesús nos redimió de la
maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito
está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO), a fin de que en el Mesías la bendición de Abraham viniera a los
gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.” Gálatas 3:13 y 14
“Por tanto, fortaleced las
manos débiles y las rodillas que flaquean, y haced sendas derechas para
vuestros pies, para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane.” Hebreos 12:12 y 13
“. . . y la oración de fe restaurará al
enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados.
Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para
que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.” Santiago 5:15 y 16
“El mismo llevó nuestros
pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a
la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.” I Pedro 2:24
“El Hijo de Dios se manifestó
con este propósito: para destruir las obras del diablo.” I Juan 3:8b
“Y esta es la confianza que tenemos delante de
El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye. Y si
sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las
peticiones que le hemos hecho.” I
Juan 5:14 y 15
viernes, 14 de marzo de 2014
Salomón y la reina de Sabá
“Viviendo
en un nivel supremo de bendición”
El Señor me dio una palabra: “Yo quiero que mi pueblo,
desde el principio de este año, se atreva a creer en la prosperidad que les voy
a dar”
En este estudio, hablaremos de hombres y mujeres que
arrebataron la prosperidad de Dios, no les voy a enseñar a dar, porque ustedes
son un pueblo dador, les voy a enseñar a recibir y van a traer sus sueños, sus
proyectos, sus desafíos y los van a poner en manos de Dios.
La palabra
prosperidad, en la Biblia ,
implica más que riquezas, significa tener control, dominio sobre todas las
cosas, porque hay gente que tiene riquezas, pero no tiene control sobre su
familia, su familia se está perdiendo y ellos están nadando en dinero, son
millonarios, pero no son prósperos.
Tú puedes ser próspero, aunque no seas millonario, la Biblia no da pautas, ni
principios para hacerse millonario, la Biblia da pautas y principios para ser próspero.
Les voy a enseñar porqué pueden recibir y cómo pueden
recibir, nos vamos a estar basando en la historia de hombres y mujeres de la Biblia que descubrieron
esos secretos, que aprendieron a vivir en un nivel supremo de bendición y
prosperidad.
2 Crónicas 9:1-12 dice:
“Oyendo la reina de Sabá, la fama de Salomón, vino a
Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias
aromáticas, oro en abundancia y piedras preciosas, para probar a Salomón con
preguntas difíciles y luego vino a Salomón, habló con él, todo lo que en su
corazón tenía, pero Salomón, le respondió a todas sus preguntas y nada hubo que
Salomón no le contestase y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón y la
casa que había edificado y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus
oficiales, el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y
sus vestidos y la escalinata por donde subía a la casa de Yahveh, se quedó
asombrada y dijo al rey: verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus
cosas y de tu sabiduría,
pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he
venido y mis ojos han visto y he aquí que, ni aún la mitad de la grandeza de tu
sabiduría me había sido dicha, porque tú superas la fama que yo había oído,
bienaventurados tus hombres y dichosos esos siervos tuyos que están siempre
delante de ti y oyen tu sabiduría, bendito sea Yahveh, tu Dios, el cuál se ha
agradado de ti, para ponerte sobre su trono, como rey para Yahveh, tu Dios, por
cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente , por eso te ha puesto
por rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia y dio al rey ciento
veinte talentos de oro y gran cantidad de especias aromáticas y piedras
preciosas, nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de
Sabá al rey Salomón, también los siervos de Hiram y los siervos de Salomón que
habían traído el oro de Ofir, trajeron
madera de sándalo y piedras preciosas y de la madera de sándalo el rey
hizo gradas en la casa de Yahveh y en
las casas reales y arpas y salterios para los cantores, nunca en la tierra de
Judá se había visto madera semejante y el rey Salomón dio a la reina de Sabá
todo lo que ella quiso y le pidió, más de lo que ella había traído al rey,
después ella, se volvió y se fue a su tierra con sus siervos”
Esta es la historia de una mujer que recibió todo lo que
quiso y todo lo que pidió ¿Por qué la reina de Sabá recibió todo lo que quiso y
todo lo que pidió?
Porque ella se presentó dignamente ante un rey: debemos
presentarnos dignamente ante el Señor, dignificar la ofrenda.
Debes tener bien
claro el concepto de quién es tu Dios, lo primero que tenemos que entender es
que nuestro Dios no es un limosnero, tuvimos que aprender a dignificar aún
nuestra ofrenda, porque Dios es el rey, es majestuoso, único y sabio Dios.
Esta mujer no solamente vino ante un rey, si no que ella
se presentó con la dignidad que ella tenía, como una reina, porque eso era y
eso reflejaba, si tenemos que tener un concepto claro de quién es Dios, tenemos
que tener claro el concepto de quienes somos nosotros.
Una cosa es lo que yo soy, otra cosa es lo que yo reflejo
y la Biblia
dice que el Señor nos ha llamado a que reflejemos, no nuestra escasez, ni nuestra estrechez, si no a que reflejemos la
abundancia de su mano poderosa y en este nuevo año vamos a reflejar la gloria
de Dios.
Deuteronomio
8:18 dice:
“Si no, acuérdate de Yahveh, tu Dios, porque Él te da el
poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus
padres como en este día”
¿Estás viviendo como un verdadero hijo del rey? Dios te
ha dado un poder y una autoridad.
Tú y yo tenemos un poder que no tiene el mundo, no solamente
somos hijos de un rey, vamos a caminar como hijos de un rey y ese poder y
autoridad lo usaremos para la gloria de Dios.
Prosperidad, riquezas y abundancia, son palabras que,
para muchos son malas palabras, pero Dios nos dio el poder, la capacidad y habilidad
para hacer esas riquezas, porque Dios no te va a dar el dinero, Él da los
talentos, las ideas, sueños y anhelos para despertarte, pero muchos esperan que
el dinero les caiga del cielo.
Dios te va a dar nuevas ideas, proyectos, sueños, te dará
recursos para hacer las riquezas, te dará poder para hacer esas riquezas y si
el poder viene de Dios, entonces no es malo.
1 Crónicas 29:12
dice:
“Las riquezas y la gloria proceden de ti…”
Hace unos años se predicaba que el televisor era el cajón
del diablo, el problema no está en el televisor, como el caso del Internet, el
problema está en el corazón y el uso que tú le des a las cosas, de igual forma
el problema no está en las riquezas, está en el uso que les des.
Isaías 60:1-2 dice:
“Levántate y resplandece porque ha venido tu luz y la
gloria de Yahveh ha nacido sobre ti, porque he aquí que tinieblas cubrirán la
tierra y oscuridad las naciones, más sobre ti amanecerá Yahveh y sobre ti será
vista su gloria”
Aquí Dios le está hablando a la iglesia futura, a Sion,
vea que dice que la iglesia tiene que resplandecer, los cristianos tenemos que
resplandecer.
Nota lo que dice el versículo 1 de Isaías 60 que la
gloria de Yahveh ha nacido sobre ti, una cosa es tener la gloria de Dios, otra
es que nazca de ti, entonces sáquelo, de a luz, cuando habla de nacer, habla de
sacar lo que está adentro, habla de concebir.
Tú puedes tener la gloria por dentro, puedes saber lo que
eres en Cristo, pero tienes que dar a luz, vas a comenzar a ver tu negocio
prosperar, tus proyectos prosperar, tus estudios prosperar, porque la gloria de
Yahveh ha nacido sobre ti.
Veamos que la reina se presentó dignamente y con un
regalo, pero Salomón no
necesitaba los regalos
de la reina de Sabá, él no dependía de las especias aromáticas de la reina
de Sabá, pero la reina de Sabá no llegó con las manos vacías, porque eso es lo
que se llama el protocolo real, que son aquellos principios éticos de dignidad.
Hoy en día se usa el protocolo real, cuando un presidente
visita a otro presidente, se hace eso, aunque ellos necesiten de ese regalo y
no cualquier regalo, tiene que ser algo que hable de la dignidad, porque esos
son los principios de dignidad.
Dios no necesita de tus ofrendas, pero cuando vengas
delante del Señor, preséntate con lo mejor, no vamos a darle a Dios sobras o
cosas que ofendan la dignidad de Dios, Él es el rey y aunque no necesite de tus
ofrendas, es necesario presentarse con ofrendas ante Él, para ser aceptados con
dignidad.
La alabanza es una ofrenda al Señor, no se puede entrar a
la presencia de Dios, si primero no hay una alabanza que dignifique y exalte el
nombre de Dios.
Los principios éticos de dignidad del protocolo real
decían que la reina de Sabá no sería recibida por el rey Salomón, al menos que
viniera con regalos dignos de un rey.
Dale tu mejor tiempo al Señor, si vienes a la casa de
Dios, apaga el celular, apaga tu beeper, si vas a orar, si vas a leer la Biblia , todo lo que hagas
para el Señor que sea lo mejor, porque Dios honra a los que le honran.
Miqueas 6:6
dice:
“¿Con qué me presentaré ante Yahveh y adoraré al Dios
altísimo? ¿Me presentaré ante Él con holocaustos, con becerros de un año?”
Porque ella se encontró con un rey: tenemos que aprender
a experimentar nosotros mismos la bendición, encontrarnos con nuestro rey,
porque Él quiere cumplir nuestros anhelos.
Vimos en los versículos 3 y 4 de 2 de Crónicas que ella
se encontró con el rey Salomón, la reina de Sabá deseaba conocer personalmente
al rey,
por lo que había escuchado, de Salomón se hablaba por todo el mundo, no
solamente por su sabiduría, si no por sus riquezas, se hablaban maravillas de
él, estaba impresionada por tantas grandezas.
Es tiempo de que
dejes de escuchar cosas y comienza a experimentar bendición, prosperidad,
abundancia, todo lo que has escuchado, los testimonios de tantas personas que
han recibido bendición, porque Dios es un Dios de principios, es tiempo que
dejemos de desear lo que otros tienen y es tiempo de comenzar a experimentar.
Este es el año en que los cielos se van a abrir y todo lo
que tú emprendas será bendecido y prosperado, la bendición y prosperidad de
Dios, vienen sobre tu vida.
Cuando la reina de Sabá vio toda la grandeza y bendición
de Salomón, ella no se quejó, si no que se puso a alabar a Dios.
No te quejes por lo que tu hermano tiene, alaba a Dios
por lo que tiene y entonces, Dios te va a bendecir a ti.
Note a partir del versículo 8 ¿Qué glorifica más a Dios,
un estomago vacío o un estomago llenito? Aprende a alabar a Dios con tu estilo
de vida, ser bendecido tiene que ser un estilo de vida.
Tienes que comenzar a tener un estilo de vida de ser
bendecido, lo cuál no puede ser algo circunstancial, atrévete a soñar y
desafiar cosas que antes no habías soñado, créele a Dios, porque Él estará
contigo.
Tú vas a honrar más a Dios en bendición, en abundancia
que en pobreza, pídele a Dios que te bendiga, que te prospere, que te levante,
que te de abundancia.
Ella fue bendecida por el rey: tenemos que anhelar y
pedir al Señor ese anhelo, porque Él nos lo quiere dar.
Veamos el versículo 12 que nos dice que el rey le dio
todo lo que ella quiso, fue bendecida por el rey, igual, el protocolo real
también dice que el regalo que yo reciba de un rey, no puede ser cualquier
cosa.
No esperes de Dios medias bendiciones, lo que Dios va a
hacer, lo hará completo, no disminuyas a Dios, créele a Dios en grande, por eso
la Biblia dice
que esa mujer recibió conforme al deseo de su corazón, le dio todo lo que quiso
y todo lo que pidió.
Hay dos cosas que tenemos que aprender a hacer, en primer
lugar anhelar, en segundo lugar a pedir, aunque todos somos expertos en pedir,
pero no sabemos anhelar y la
Biblia dice que Dios anhela darte todo lo que tú suspiras,
tus sueños, tus proyectos, etc.…
¿Qué es lo que te está haciendo suspirar?
¿Cuál es tu anhelo? ¿Sacar tus estudios? ¿Expandirte en
algún negocio? Ponlos delante del Señor.
Dios no solo nos da lo que necesitamos, Él nos da también
lo que anhelamos, porque Él es un padre bueno, cada suspiro, anhelo y promesa
que has tenido engavetada, Dios lo hará realidad.
¡Lo que anheles, no lo anheles nada más, pídelo a Dios y
entonces el resultado será más de lo que pides, porque Dios nunca queda en
deuda con nosotros!
sábado, 1 de marzo de 2014
Enseñanzas sobre la humildad
ENSEÑANZAS SOBRE LA HUMILDAD
A)
Libertad del orgullo:
- 1 Corintios 1, 26-31: ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención, a fin de que, como dice la Escritura: = El que se gloríe, gloríese en el Señor.
B) Lo que trae consigo la humildad:
- Una actitud como la de un niño = Mateo 18, 1-4: “En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: «¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?» El llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos.
- Arrepentimiento = Isaías 66, 1- 2: “Así
dice Yahveh: Los cielos son mi trono y la tierra el estrado de mis pies,
Pues ¿qué casa vais a edificarme, o qué lugar para mi reposo, si todo lo hizo mi mano, y es mío todo
ello?- Oráculo de Yahveh -. Y
¿en quién voy a fijarme? En el humilde y contrito que tiembla a mi
palabra.
- Lucas 18, 13-14 =
“En
cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar
los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh
Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!" Os digo que éste bajó a
su casa justificado y aquél no. Porque
todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será
ensalzado.»
- Sumisión a Dios = 2 Cron. 34, 27 “Porque tu corazón se ha conmovido y
te has humillado delante de Dios al oír sus palabras contra este
lugar y sus habitantes, y porque
te has humillado ante mí, has rasgado tus vestidos y has llorado
ante mí, por eso yo, a mi vez, he oído, oráculo de Yahveh”.
- Daniel 5, 22-23= “Pero tú, Baltasar, hijo suyo, no has humillado tu corazón, a pesar de que sabías todo esto; te has engreído contra el Señor del Cielo, se han traído a tu presencia los vasos de su Casa, y tú, tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas, habéis bebido vino en ellos. Habéis celebrado a los dioses de plata y oro, de bronce y hierro, de madera y piedra, que no ven ni oyen ni entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu propio aliento y de quien dependen todos tus caminos.
- Búsqueda del rostro de Dios en oración = 2 Cron. 7, 14: “y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, orando y buscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo les oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.
- Ayuno = Esdras 8, 21: “Allí,
a orillas del río Ahavá, proclamé
un ayuno para humillarnos delante de nuestro Dios y pedirle un
viaje feliz para nosotros, nuestros hijos y nuestros bienes.
- Salmo 35,13: “Yo, en cambio, cuando eran ellos los enfermos, vestido de sayal, me humillaba con ayuno, y en mi interior repetía mi oración;”
- Seguir las leyes
de Dios =
Jeremías 44,10: “No se han compungido
hasta la fecha, ni han temido ni
andado en la Ley y los preceptos que propuse a vosotros y a
vuestros padres”.
- Sofonías 2,3: “Buscad a Yahveh, vosotros todos, humildes de la tierra, que cumplís sus normas; buscad la justicia, buscad la humildad; quizá encontréis cobijo el Día de la cólera de Yahveh”.
- Trabajar para lograr justicia y misericordia = Miqueas 6, 6-8: “- «¿Con qué me presentaré yo a Yahveh, me inclinaré ante el Dios de lo alto? ¿Me presentaré con holocaustos, con becerros añales? ¿Aceptará Yahveh miles de carneros, miríadas de torrentes de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi delito, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?» «Se te ha declarado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh de ti reclama: tan sólo practicar la equidad, amar la piedad y caminar humildemente con tu Dios.»
- Lo opuesto al orgullo = Prov. 3,34: “Con los arrogantes es también arrogante, otorga su favor a los pobres”.
-
Daniel 4,34: “Ahora, pues,
yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del Cielo, porque sus
obras todas son verdad, justicia todos sus caminos; él sabe humillar a los que caminan con orgullo.»
- 1 Pedro 5,5: “De igual manera, jóvenes, sed sumisos a los ancianos; revestíos todos de humildad en vuestras mutuas relaciones, pues Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes.
C)
Humildad en nuestras vidas:
1.-) El
mandamiento de ser humilde
- debemos
humillarnos = Efesios 4,2: “con
toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros
por amor”
- 1 Pedro 5,6: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que, llegada la ocasión, os ensalce”
- debemos andar humildemente con Dios = Miqueas 6,8: “«Se te ha declarado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh de ti reclama: tan sólo practicar la equidad, amar la piedad y caminar humildemente con tu Dios.»
- debemos
vestirnos de humildad = Col. 3,12: “Revestíos,
pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia,
de bondad, humildad,
mansedumbre, paciencia,
- 1 Pe. 5,5: “De igual manera, jóvenes, sed sumisos a los ancianos; revestíos todos de humildad en vuestras mutuas relaciones, pues = Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes.
- debemos considerar a otros mejores que nosotros mismos = Fil. 2,3: “Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo,
- debemos evitar
la humildad falsa = Col. 2,18, 23: “18 Que nadie os prive del premio a causa del
gusto por ruines prácticas, del culto de los ángeles, obsesionado por lo
que vio, vanamente hinchado por
su mente carnal,… 23 Tales
cosas tienen una apariencia de sabiduría por su piedad afectada,
sus mortificaciones y su rigor con el cuerpo; pero sin valor alguno contra la insolencia de la carne.
2.-) Los
beneficios de la humildad
ü Dios salva al humilde =
Sal.
18,28: “tú que salvas al pueblo
humilde, y abates los ojos altaneros”.
ü 1 Cor. 1, 26-29:
“¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la
carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien lo
necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte.
Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para
reducir a la nada lo que es. Para que
ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios.
ü Dios da gracia al humilde =
Prov.
3,34: “Con los arrogantes es también arrogante,
ü Santiago 4,6:
“Más aún, da una gracia mayor; por eso dice: Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes”.
ü Dios levanta al humilde =
Job
5,11: "Para poner en alto a
los postrados, y que los míseros a la salud se eleven”,
ü Mt. 23,12:
“Porque a quien tiene se le dará y le
sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.
ü Lc. 1,52:
“Derribó a los potentados de sus tronos y
exaltó a los humildes.
ü Dios hace vivir al humilde =
Isaías
57,15: “Que así dice el Excelso y Sublime,
el que mora por siempre y cuyo nombre
es Santo. «En lo excelso y sagrado yo moro, y
estoy también con el humillado y abatido de espíritu, para avivar el espíritu
de los abatidos, para avivar el ánimo de los humillados.
ü Dios honra al humilde = Prov. 15,33: “El temor de Yahveh
instruye en sabiduría: y delante de la gloria va la humildad.
ü Dios recompensa al humilde =
Prov. 22,4: “Premio de la humildad, el temor de Yahveh, la riqueza, el
honor y la vida”.
ü Dios bendice al humilde =
2
Cron. 7, 14: “y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, orando y buscando mi rostro,
y se vuelven de sus malos caminos, yo les oiré desde los cielos,
perdonaré su pecado y sanaré su tierra”.
ü Dios estima al humilde =
Isaías
66,2: “si todo lo hizo mi mano, y es mío todo ello? - Oráculo de Yahveh -.Y ¿en quién voy a
fijarme? En el humilde y
contrito que tiembla a mi
palabra.
ü Dios enseña y guía al
humilde = Salmo 25,9: “conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su
sendero”.
ü Con la humildad viene la
sabiduría = Prov. 11,2: “Cuando viene la soberbia,
viene también la deshonra; más con
los humildes está la sabiduría”
D)
Ejemplos de humildad
1.-) El
ejemplo supremo = Jesucristo:
Ø en su venida a la tierra =
2
Cor. 8,9: “Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el
cual, siendo rico, por vosotros se
hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza”.
Ø en su humildad =
Mateo
11,29: “Tomad sobre vosotros mi yugo,
y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas”.
Ø en su vida de servicio =
Lucas
22,27: “Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No
es el que está a la mesa? Pues yo
estoy en medio de vosotros como el que sirve”.
Ø en su sumisión a la voluntad
de Dios = Juan 6,38: “porque he bajado del cielo,
no para hacer mi voluntad, sino la
voluntad del que me ha enviado”.
Ø en sus sufrimientos =
Isaías
53, 1-9: No tenía apariencia ni presencia; (le vimos) y no tenía aspecto
que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres,
varón de dolores y sabedor de
dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en
cuenta.
¡Y con todo eran nuestras
dolencias las que él llevaba y nuestros
dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de
Dios y humillado. El ha sido herido
por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el
castigo que nos trae la paz, y con sus llagas hemos sido curados. Todos nosotros
como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros. Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero
al degüello era llevado, y como oveja
que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca. Tras
arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos;
por las rebeldías de su pueblo ha sido herido; y se puso su sepultura
entre los malvados y con los ricos su
tumba, por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca”.
Ø cuando lavó los pies de sus
discípulos = Juan 13, 4-5: “se levanta de la mesa,
se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los
discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido”.
Ø en su entrada triunfal =
Mateo
21, 5-7: “Decid a la hija de Sión: He
aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino,
hijo de animal de yugo. Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les
había encargado: trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus
mantos, y él se sentó encima”.
Ø en su muerte en la cruz =
Filipenses
2, 5-8: “Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo de condición divina, no
retuvo ávidamente el ser igual a
Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres
y apareciendo en su porte como hombre; y
se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz”.
2.-) Otros
ejemplos:
v los israelitas en el
desierto = Deuteronomio 8,3: “Te humilló, te hizo
pasar hambre, te dio a comer el maná que ni tú ni tus padres habíais conocido, para mostrarte que no sólo de pan vive
el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Yahveh”.
v Acab =
1
Reyes 21,29: “«¿Has visto cómo Acab se ha humillado en mi presencia? Por haberse humillado en mi presencia,
no traeré el mal en vida suya; en vida de su hijo traeré el mal sobre
su casa.»
v Josías =
2
Reyes 22,19: “Pero ya que tu
corazón se ha conmovido y te has humillado en presencia de Yahveh, al
oír lo que he dicho contra este lugar y contra sus habitantes, que serán objeto
de espanto y execración, ya que has
rasgado tus vestidos y has llorado ante mí, yo a mi vez he oído,
oráculo de Yahveh”.
v Roboam =
2
Crónicas 12, 5-12: “El profeta Semaías vino a Roboam y a los jefes de Judá
que se habían reunido en Jerusalén para hacer frente a Sosaq, y les dijo: «Así
dice Yahveh: Vosotros me habéis abandonado, y por esto también yo os abandono
en manos de Sosaq.» Entonces los jefes
de Israel y el rey se humillaron y dijeron: «¡Justo es Yahveh!» Cuando
Yahveh vio que se habían humillado, fue dirigida la palabra de Yahveh a
Semaáis, diciendo: «Por haberse ellos humillado, no los destruiré, sino que
dentro de poco les daré la salvación y no se derramará mi cólera sobre
Jerusalén por mano de Sosaq. Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es
mi servidumbre y la servidumbre de los reinos de las naciones.» Subió, pues,
Sosaq, rey de Egipto, contra Jerusalén y se apoderó de los tesoros de la Casa
de Yahveh y de los tesoros de la casa del rey. De todo se apoderó. Habiéndose
llevado los escudos de oro que había hecho Salomón, el rey Roboam hizo en su
lugar escudos de bronce, que confió a los jefes de la guardia que custodiaban
la entrada de la casa del rey. Cuando el rey entraba en la Casa de Yahveh,
venían los de la guardia y los llevaban, y después los devolvían a la sala de
la guardia. Gracias a su humillación se apartó de él la ira de Yahveh y no le
destruyó del todo; y concedió algunas cosas buenas a Judá.
v Job =
Job
42, 2-6: “Sé que eres todopoderoso: ningún proyecto te es irrealizable. Era yo el que empañaba el Consejo con
razones sin sentido. Sí, he hablado de grandezas que no entiendo, de
maravillas que me superan y que ignoro. (Escucha, deja que yo hable: voy a
interrogarte y tú me instruirás.) Yo
te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto y me arrepiento en el
polvo y la ceniza”.
v Isaías =
Isaías
6, 1-5: “El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono
excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo. Unos serafines se mantenían
erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la
faz, con otro par se cubrían los pies, y
con el otro par aleteaban, Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena
está toda la tierra de su gloria.». Se conmovieron los quicios y los dinteles a
la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo. Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios
impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh
Sebaot han visto mis ojos!»
v Juan el Bautista =
Juan 3, 27-30: “Juan respondió: «Nadie puede recibir nada si no se le ha dado del cielo.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: "Yo no soy el Cristo, sino
que he sido enviado delante de él." El que tiene a la novia es el novio; pero
el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio.
Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es preciso que él crezca y que yo disminuya”.
v Pedro =
Lucas
5, 8-9: “Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre
pecador.» Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él
estaban, a causa de los peces que habían pescado.
v Pablo =
Hechos
20,19: “sirviendo al Señor con toda humildad y lágrimas y con las
pruebas que me vinieron por las asechanzas de los judíos;
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