“Viviendo
en un nivel supremo de bendición”
El Señor me dio una palabra: “Yo quiero que mi pueblo,
desde el principio de este año, se atreva a creer en la prosperidad que les voy
a dar”
En este estudio, hablaremos de hombres y mujeres que
arrebataron la prosperidad de Dios, no les voy a enseñar a dar, porque ustedes
son un pueblo dador, les voy a enseñar a recibir y van a traer sus sueños, sus
proyectos, sus desafíos y los van a poner en manos de Dios.
La palabra
prosperidad, en la Biblia ,
implica más que riquezas, significa tener control, dominio sobre todas las
cosas, porque hay gente que tiene riquezas, pero no tiene control sobre su
familia, su familia se está perdiendo y ellos están nadando en dinero, son
millonarios, pero no son prósperos.
Tú puedes ser próspero, aunque no seas millonario, la Biblia no da pautas, ni
principios para hacerse millonario, la Biblia da pautas y principios para ser próspero.
Les voy a enseñar porqué pueden recibir y cómo pueden
recibir, nos vamos a estar basando en la historia de hombres y mujeres de la Biblia que descubrieron
esos secretos, que aprendieron a vivir en un nivel supremo de bendición y
prosperidad.
2 Crónicas 9:1-12 dice:
“Oyendo la reina de Sabá, la fama de Salomón, vino a
Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias
aromáticas, oro en abundancia y piedras preciosas, para probar a Salomón con
preguntas difíciles y luego vino a Salomón, habló con él, todo lo que en su
corazón tenía, pero Salomón, le respondió a todas sus preguntas y nada hubo que
Salomón no le contestase y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón y la
casa que había edificado y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus
oficiales, el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y
sus vestidos y la escalinata por donde subía a la casa de Yahveh, se quedó
asombrada y dijo al rey: verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus
cosas y de tu sabiduría,
pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he
venido y mis ojos han visto y he aquí que, ni aún la mitad de la grandeza de tu
sabiduría me había sido dicha, porque tú superas la fama que yo había oído,
bienaventurados tus hombres y dichosos esos siervos tuyos que están siempre
delante de ti y oyen tu sabiduría, bendito sea Yahveh, tu Dios, el cuál se ha
agradado de ti, para ponerte sobre su trono, como rey para Yahveh, tu Dios, por
cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente , por eso te ha puesto
por rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia y dio al rey ciento
veinte talentos de oro y gran cantidad de especias aromáticas y piedras
preciosas, nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de
Sabá al rey Salomón, también los siervos de Hiram y los siervos de Salomón que
habían traído el oro de Ofir, trajeron
madera de sándalo y piedras preciosas y de la madera de sándalo el rey
hizo gradas en la casa de Yahveh y en
las casas reales y arpas y salterios para los cantores, nunca en la tierra de
Judá se había visto madera semejante y el rey Salomón dio a la reina de Sabá
todo lo que ella quiso y le pidió, más de lo que ella había traído al rey,
después ella, se volvió y se fue a su tierra con sus siervos”
Esta es la historia de una mujer que recibió todo lo que
quiso y todo lo que pidió ¿Por qué la reina de Sabá recibió todo lo que quiso y
todo lo que pidió?
Porque ella se presentó dignamente ante un rey: debemos
presentarnos dignamente ante el Señor, dignificar la ofrenda.
Debes tener bien
claro el concepto de quién es tu Dios, lo primero que tenemos que entender es
que nuestro Dios no es un limosnero, tuvimos que aprender a dignificar aún
nuestra ofrenda, porque Dios es el rey, es majestuoso, único y sabio Dios.
Esta mujer no solamente vino ante un rey, si no que ella
se presentó con la dignidad que ella tenía, como una reina, porque eso era y
eso reflejaba, si tenemos que tener un concepto claro de quién es Dios, tenemos
que tener claro el concepto de quienes somos nosotros.
Una cosa es lo que yo soy, otra cosa es lo que yo reflejo
y la Biblia
dice que el Señor nos ha llamado a que reflejemos, no nuestra escasez, ni nuestra estrechez, si no a que reflejemos la
abundancia de su mano poderosa y en este nuevo año vamos a reflejar la gloria
de Dios.
Deuteronomio
8:18 dice:
“Si no, acuérdate de Yahveh, tu Dios, porque Él te da el
poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus
padres como en este día”
¿Estás viviendo como un verdadero hijo del rey? Dios te
ha dado un poder y una autoridad.
Tú y yo tenemos un poder que no tiene el mundo, no solamente
somos hijos de un rey, vamos a caminar como hijos de un rey y ese poder y
autoridad lo usaremos para la gloria de Dios.
Prosperidad, riquezas y abundancia, son palabras que,
para muchos son malas palabras, pero Dios nos dio el poder, la capacidad y habilidad
para hacer esas riquezas, porque Dios no te va a dar el dinero, Él da los
talentos, las ideas, sueños y anhelos para despertarte, pero muchos esperan que
el dinero les caiga del cielo.
Dios te va a dar nuevas ideas, proyectos, sueños, te dará
recursos para hacer las riquezas, te dará poder para hacer esas riquezas y si
el poder viene de Dios, entonces no es malo.
1 Crónicas 29:12
dice:
“Las riquezas y la gloria proceden de ti…”
Hace unos años se predicaba que el televisor era el cajón
del diablo, el problema no está en el televisor, como el caso del Internet, el
problema está en el corazón y el uso que tú le des a las cosas, de igual forma
el problema no está en las riquezas, está en el uso que les des.
Isaías 60:1-2 dice:
“Levántate y resplandece porque ha venido tu luz y la
gloria de Yahveh ha nacido sobre ti, porque he aquí que tinieblas cubrirán la
tierra y oscuridad las naciones, más sobre ti amanecerá Yahveh y sobre ti será
vista su gloria”
Aquí Dios le está hablando a la iglesia futura, a Sion,
vea que dice que la iglesia tiene que resplandecer, los cristianos tenemos que
resplandecer.
Nota lo que dice el versículo 1 de Isaías 60 que la
gloria de Yahveh ha nacido sobre ti, una cosa es tener la gloria de Dios, otra
es que nazca de ti, entonces sáquelo, de a luz, cuando habla de nacer, habla de
sacar lo que está adentro, habla de concebir.
Tú puedes tener la gloria por dentro, puedes saber lo que
eres en Cristo, pero tienes que dar a luz, vas a comenzar a ver tu negocio
prosperar, tus proyectos prosperar, tus estudios prosperar, porque la gloria de
Yahveh ha nacido sobre ti.
Veamos que la reina se presentó dignamente y con un
regalo, pero Salomón no
necesitaba los regalos
de la reina de Sabá, él no dependía de las especias aromáticas de la reina
de Sabá, pero la reina de Sabá no llegó con las manos vacías, porque eso es lo
que se llama el protocolo real, que son aquellos principios éticos de dignidad.
Hoy en día se usa el protocolo real, cuando un presidente
visita a otro presidente, se hace eso, aunque ellos necesiten de ese regalo y
no cualquier regalo, tiene que ser algo que hable de la dignidad, porque esos
son los principios de dignidad.
Dios no necesita de tus ofrendas, pero cuando vengas
delante del Señor, preséntate con lo mejor, no vamos a darle a Dios sobras o
cosas que ofendan la dignidad de Dios, Él es el rey y aunque no necesite de tus
ofrendas, es necesario presentarse con ofrendas ante Él, para ser aceptados con
dignidad.
La alabanza es una ofrenda al Señor, no se puede entrar a
la presencia de Dios, si primero no hay una alabanza que dignifique y exalte el
nombre de Dios.
Los principios éticos de dignidad del protocolo real
decían que la reina de Sabá no sería recibida por el rey Salomón, al menos que
viniera con regalos dignos de un rey.
Dale tu mejor tiempo al Señor, si vienes a la casa de
Dios, apaga el celular, apaga tu beeper, si vas a orar, si vas a leer la Biblia , todo lo que hagas
para el Señor que sea lo mejor, porque Dios honra a los que le honran.
Miqueas 6:6
dice:
“¿Con qué me presentaré ante Yahveh y adoraré al Dios
altísimo? ¿Me presentaré ante Él con holocaustos, con becerros de un año?”
Porque ella se encontró con un rey: tenemos que aprender
a experimentar nosotros mismos la bendición, encontrarnos con nuestro rey,
porque Él quiere cumplir nuestros anhelos.
Vimos en los versículos 3 y 4 de 2 de Crónicas que ella
se encontró con el rey Salomón, la reina de Sabá deseaba conocer personalmente
al rey,
por lo que había escuchado, de Salomón se hablaba por todo el mundo, no
solamente por su sabiduría, si no por sus riquezas, se hablaban maravillas de
él, estaba impresionada por tantas grandezas.
Es tiempo de que
dejes de escuchar cosas y comienza a experimentar bendición, prosperidad,
abundancia, todo lo que has escuchado, los testimonios de tantas personas que
han recibido bendición, porque Dios es un Dios de principios, es tiempo que
dejemos de desear lo que otros tienen y es tiempo de comenzar a experimentar.
Este es el año en que los cielos se van a abrir y todo lo
que tú emprendas será bendecido y prosperado, la bendición y prosperidad de
Dios, vienen sobre tu vida.
Cuando la reina de Sabá vio toda la grandeza y bendición
de Salomón, ella no se quejó, si no que se puso a alabar a Dios.
No te quejes por lo que tu hermano tiene, alaba a Dios
por lo que tiene y entonces, Dios te va a bendecir a ti.
Note a partir del versículo 8 ¿Qué glorifica más a Dios,
un estomago vacío o un estomago llenito? Aprende a alabar a Dios con tu estilo
de vida, ser bendecido tiene que ser un estilo de vida.
Tienes que comenzar a tener un estilo de vida de ser
bendecido, lo cuál no puede ser algo circunstancial, atrévete a soñar y
desafiar cosas que antes no habías soñado, créele a Dios, porque Él estará
contigo.
Tú vas a honrar más a Dios en bendición, en abundancia
que en pobreza, pídele a Dios que te bendiga, que te prospere, que te levante,
que te de abundancia.
Ella fue bendecida por el rey: tenemos que anhelar y
pedir al Señor ese anhelo, porque Él nos lo quiere dar.
Veamos el versículo 12 que nos dice que el rey le dio
todo lo que ella quiso, fue bendecida por el rey, igual, el protocolo real
también dice que el regalo que yo reciba de un rey, no puede ser cualquier
cosa.
No esperes de Dios medias bendiciones, lo que Dios va a
hacer, lo hará completo, no disminuyas a Dios, créele a Dios en grande, por eso
la Biblia dice
que esa mujer recibió conforme al deseo de su corazón, le dio todo lo que quiso
y todo lo que pidió.
Hay dos cosas que tenemos que aprender a hacer, en primer
lugar anhelar, en segundo lugar a pedir, aunque todos somos expertos en pedir,
pero no sabemos anhelar y la
Biblia dice que Dios anhela darte todo lo que tú suspiras,
tus sueños, tus proyectos, etc.…
¿Qué es lo que te está haciendo suspirar?
¿Cuál es tu anhelo? ¿Sacar tus estudios? ¿Expandirte en
algún negocio? Ponlos delante del Señor.
Dios no solo nos da lo que necesitamos, Él nos da también
lo que anhelamos, porque Él es un padre bueno, cada suspiro, anhelo y promesa
que has tenido engavetada, Dios lo hará realidad.
¡Lo que anheles, no lo anheles nada más, pídelo a Dios y
entonces el resultado será más de lo que pides, porque Dios nunca queda en
deuda con nosotros!
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